Conan (Víctima: NES)
En el mundo de los videojuegos siempre ha habido una jerarquía clara a la hora de clasificar la calidad de un juego en concreto: primero están los que son auténticas obras maestras,completamente imprescindibles y que suponen un antes y un después en el género; luego están los juegos muy buenos que si bien no pueden ser tildados de maravillas son títulos muy a tener en cuenta; luego están los que son normalitos tirando a reguleros,pero que pueden llegar a gustarnos si tenemos un poco de paciencia con ellos; más tarde tenemos a los malos-mediocres que son fácilmente olvidados por la comunidad consolera... y finalmente están los juegos que son fruto de una noche de jolgorio y borrachera descontrolada por parte de los programadores.O al menos ésa es la sensación que se desprende al jugar a estos bodrios con chips.En esta última clasificación entraría el Conan de NES,el ejemplo perfecto de cómo debe hacerse un juego... si no te importa que la gente te diga que eres un negao de la informática.
Porque manda pepinos que lo mejor de este juego sea la pantalla de título.Una pantalla de título con un color gris oscuro y muy tristón de fondo y una espada cutre entre las letras que dan nombre al cartucho,sonando de fondo una cosa que en teoría debería recibir el calificativo de melodía.Pero claro,si eso merece llevar tal calificativo,entonces mis eructos también pueden ser tildados de melodías,¿no? Finalmente,encima y debajo de la pantalla veremos quiénes son los papás de la criatura: Mindscape,a los que parece que se les escapó la mente (lo siento,me lo han puesto a huevo) cuando se pusieron a trabajar (es un decir) en el proyecto (también es un decir).Si todo esto es lo mejor de Conan ya os podréis hacer una idea de lo que os vais a encontrar cuando pulséis START en vuestro pad.
Pues bien,aparece Conan,o una cosa que se supone que es Conan,dentro de una caverna,con su "precioso" fondo negro,unas plataformas que parece que hayan sido diseñadas para la Game Boy Color (con todos mis respetos hacia esta estupenda portátil) y una música de fondo capaz de conseguir lo que parecía imposible: hacer buena a la melodía de la pantalla de título.Los enemigos son esqueletos que parecen mondadientes con patas y gárgolas color verde moco que al morir tras pegarles un par de puñetazos o patadas (aunque viéndole dar golpes cualquiera diría que Conan es más de la otra acera que de ésta) liberan objetos tales como espadas o llamas de fuego,las cuales no tengo ni idea de cómo se cogen,ya que al pasar por delante de ellas no ocurre nada,y si presiono hacia abajo para intentar agacharme a recogerlas... Conan salta (?).En la parte superior derecha está el marcador con los puntos,las vidas,la energía y todo eso,pero acabaréis tan hartos del desesperante control del protagonista que ni les prestaréis atención a estos detalles.Por cierto,para parar el juego el botón de START no sirve.Hay que usar el SELECT (vaya tela).Una vez pulsado,accederemos a un extraño menú que tampoco tengo ni idea de para qué sirve.Ni me voy a molestar en averiguarlo.
Lo más lejos que he llegado ha sido a una pantalla en la que un monstruo escupe fuego por la boca y por la cola (pantalla que no está muy lejos del principio del juego,por cierto.No vayáis a pensar que llevo varias fases recorridas).Destruirlo me resulta imposible,ya que el mencionado pésimo control de Conan no da para hacer milagros.La palma se la llevan los saltos del protagonista: son tan imprecisos que en más de una ocasión acabaréis cayendo al foso de lava ardiente que hay en el fondo de la pantalla en lugar de acceder a la plataforma deseada.Así está el tema.
En definitiva,un juego ideal para regalárselo a vuestra/o ex-novia/novio o al vecino de arriba que tanto asco os da.Será vuestra venganza particular.
Y ahora,fotos de la criatura.Para que veáis lo que vais a regalar o simplemente para subiros un poco la autoestima (si éstos de Mindscape han sido capaces de programar un juego,¿por qué no vosotr@s?):
PENUMBRA
